"Sitio encantador de comida casera marroquí. La atención es tan eficaz como delicada y cálida. Los platos están preparados con mucho amor. Comimos pinchos morunos de pollo y ternera, asados en su propia parrilla de carbón. Luego pedimos Priwat de verduras y de pollo, unas empanadillas de pasta filo en su punto exacto con rellenos maravillosos. Como platos principales pedimos tajín, uno de cordero y otro de ternera (fuera de carta). ¡Especialísimos los dos! De postre nos trajeron unas galletas exquisitas y té de menta. El precio es muy razonable. ¡Volveremos!"