"La comida es excelente, pero los clientes no deben ser objeto de burla, déjame explicarte: Al final de la cena (de excelente calidad, no tengo nada que decir), pedí un licor, posiblemente típico, y me sirvieron un chupito de un licor que me pareció Baileys. Quien me lo sirvió me preguntó qué me parecía y, ante mi respuesta, afirmó que era muy similar... ¿y al final qué leo en el recibo? ¡BAILEYS! Ahora entiendo por qué era prácticamente el único lugar medio vacío en Los Cristianos."