"Fuimos a comer porque teníamos amig@s en el pueblo y nos pareció bien el local, frente a la playa. Nos reservaron la mesa fuera, con espacio incluso para el perro de uno de los acompañantes. Pedimos menús, y unas bravas a parte, y las raciones fueron muy desiguales. La ensalada de tomate y cebolla pequeña, en cambio el arroz negro caldoso daba para dos o tres raciones extras (aunque estaba más bien aguado, de sabor flojo y con poca chicha). Pero lo peor de que alguien pidió corbina y por 19,90€ le pusieron tres patatitas literalmente y un pedazito de cuatro dedos: una atraco, vaya. Como el postre del carpaccio de piña, que eran 4 lonchas finísimas. Eso sí: un detalle a favor del servicio es que como le pusieron galleta triturada por encima, y un comensal era celíaco, se ofrecieron a repetirlo sin. En resumen: relación calidad-cantidad-precio pésima."
