"Es la crepería de Zaragoza, no sé si hay alguna más pero ésta tiene solera. El emplazamiento, tan céntrico en el Casco Antiguo, sus techos decorados por Jorge Gay y el ambiente acogedor hacen aún más grata la experiencia. Las crepes saladas, riquísimas, ya sea la de pisto como la de espinacas gratinadas. Las crepes dulces, también estupendas (chocolate, crema de castañas.. Hay que ir y probarlas al estilo francés, con sidra ."