"Íbamos de paso y con la urgencia de entrar al baño. Y esta vez fue una de esas ocasiones en las que la casualidad te regala un momento maravilloso. Lejos de entrar rápido y seguir nuestro camino... Ya que el lugar nada más entrar nos enamoró. Yaile, la persona que nos atendió, super amable y cálida. Así que nos paramos un buen rato a charlar, admirar el lugar, curiosear los libros y comernos un croissant relleno y una tostada de tomate y aguacate. Lindo lugar, rica comida y excelente atención"