"La ubicación es hermosa y está muy bien cuidada, con vistas magníficas sobre el río Guadiana y el puente entre España y Portugal. El restaurante es precioso, las mesas son grandes y espaciosas; es posible comer en la terraza exterior, aunque ese día hacía un poco de viento. El menú es corto, pero hay opciones para todos los gustos. El servicio es perfecto, con sonrisas y amabilidad, pero también formal. Nuestra expectativa de un restaurante de un hotel de lujo era tener comida gourmet, lo cual no fue exactamente el caso. Los platos que más disfruté fueron las croquetas de patatas y jamón, así como el postre de chocolate y caramelo salado; solo lamento que la salsa de chocolate era uno de los toppings que se había terminado, ya que no me gusta su sabor. La próxima vez pediré lo mismo, pero sin el topping. En general, estoy satisfecho con toda la experiencia y volveré para disfrutar del lugar y del servicio verdaderamente profesional."