"Todo buenísimo. Tras varios días de navegación, llegamos seis marineros hambrientos a la terraza del restaurante. Raquel nos trató increíble y nos cebó de una manera que será difícil de olvidar. Estaba todo tan bueno, que incluso dudamos en comernos las toallitas de las manos de aloe vera. Si volvemos a Maó, aquí vendremos. Moltes gràcies!"