"Aún no nos habíamos sentado en la silla y ya nos estaban advirtiendo de que solo teníamos hora y media para cenar; cuando en la reserva ponía que nos daban 2h (la justificación es que éramos 2 personas, vamos, una tontería como un piano). Al pedir, tuvimos que pedir todo de golpe porque “no os dará tiempo a una segunda ronda, todo se hace a mano”. Luego entró un par de chicas que llegaron tarde, porque escuchamos que le dijeron al camarero que no encontraban sitio para aparcar, y les dijo que disponían de 2 horas, además de traerles físicamente la carta y decirles que algunas cosas del menú tenían descuento del 20%. A nosotros no nos dieron ni la carta, lo tuvimos que ver con el QR. De postre pedimos mochi, estaba congelado y más duro que una piedra, aunque luego no nos lo cobraron. Bien. La experiencia no fue buena, no puedes ir a un restaurante y que te estén metiendo prisa cuando aún no te has sentado ni en la mesa."