"Llegamos el pasado sábado por la noche para tomar unas tapas y cenar a las 21:45. Cuando nos disponemos a pedir, el camarero que intuimos es el propietario nos dice con muy malas maneras que ya no se puede tomar nada porque lleva abierto desde las 20 horas y que no va a tomarnos nota, que cierra la cocina a las 22 horas, que no va a pagar una hora más de cocina porque llegamos a esa hora (reitero, las 21:45 de un sábado) y que lo que tenemos que hacer es llegar antes. Cuando nos íbamos y le decíamos que no entendíamos ese horario, pero que cada uno pone las reglas en su casa, nos repitió "lo que tienen que hacer es venir antes" literalmente, con bastante sarcasmo y malas formas. Un personaje insoportable, a mis 50 años nunca había visto nada igual. Muy desagradable."