"Fuimos seis amigos con dos crios pequeños a cenar. Pedimos unas bravas mientras llegaban los bocadillos y las coques . Venían con poquita salsa y pedimos si nos podrían traer un poquito más. El camarero, muy maleducado, nos dijo que esa era la sala correspondiente a esa ración. Llegó la comida pero tuvimos que empezar para no dejar enfriar la cena mientras uno de nuestros amigos miraba. Le tocó cenar solo porque tardaron muchísimo en traer su bocadillo de tortilla (nada demasiado elaborado ni difícil de hacer). Se puso a llover y, al estar en la terraza nos apretamos para los parasoles para evitar mojarnos. A unas mujeres de edad avanzada que hicieron exacta lo mismo que nosotros, el camarero les llamó la atención porque, por lo que parece, molestaban (cuando había sitio de sobras para pasar). Vamos, las formas fueron muy malas y la actitud del camarero totalmente fuera de lugar. Las mujeres se molestaron y con razón. Por último, pedimos la cuenta y hartos de esperar (lloviendo en la terraza y con dos niños pequeños muertos de sueño), la volvimos a pedir. Pues el camarero nos dijo que no la habíamos pedido! Vaya tela! Total, la prepara y la deja encima de la barra. Finalmente tuve que ir personalmente a cogerla porque no se dignaba a traerla. En resumen, servicio pésimo y comida bastante buena. Una lástima porque seguro que no volveremos. Los seis adultos que fuimos salimos de ahí con la misma sensación. Tal vez tendrían que vigilar a quien dejan servir las mesas porque a alguien con esa mala educación y esa forma de tratar a la gente está claro que no. Así que NUNCA MÁS!!! Justo al lado hay otro bar que se llama El Bar Pequeño . Mucho más recomendable que este!!!"
