"Fuimos un grupo de tres amigos para cenar. Pedimos todo para compartir. la verdad es que el camarero era muy atento y amable, pero la comida deja mucho que desear. platos grandes pero la calidad es mala. Pedimos croquetas que tenían más masa que relleno; tortitas, que eran buenas pero nada del otro mundo; huevo a 65° con migajas y crema de trufa, que es un plato que se come con cuchara, es como una crema con los trompanos de las migajas y el huevo mezclado. No es para todas las gotas; y por último el cañón de pollo trufado, que como el primero sabía poco para trufa y era básicamente un mazacote de harina, incluso el bechamel era sólido. la atmósfera es buena, las mesas están separadas y el nivel de ruido es bueno."