"Segunda visita, tras un largo período de ausencia. Dos personas en busca de unos pulpitos que se deshacían en la boca. No tenían, ni en carta ni como sugerencia. Recurso al plan B. Gambas al ajillo para abrir boca, y pulpo a la brasa y solomillo a lo mismo como principal. Las croquetas de bienvenida, de rabo de toro, excepcionales. Como la madalena de Proust rebozada y frita. Repetimos. Los tres platos estaban màs que correctos: gambas grandes, pulpo blando y solomillo rare, como se había solicitado. Me faltó un napado de foie-gras a la plancha en el filete, pero me dió no se que pedirlo... De postres trufas bien y helado de vainilla con zumo de naranja. Error de elección: no estoy acostumbrado a la mezcla de dulce y agrio. Mea culpa. Nos atendió Jordi, que hizo que nos sintieramos muy cómodos. Celebràbamos bodas de plata, y nos recibió con copas de cava, cortesía de la casa. Moltes gràcies, Jordi i equip!"