"Como todos los años nos acercamos a Candás el día de la sardina y escogimos el Llagar de Pola, pero esta vez una decepción. Si bien el punto era correcto, no eran sardinas, eran sardinetas, es decir, sardinas de un calibre muy bajo y vender sardinetas el día de la Sardina en Candás, al mismo precio que si fuesen sardinas de verdad, tiene mucho delito."