"Bueno, nuestra experiencia fue todo lo contrario. Pagamos seis euros por dos cafés. Estábamos en Cambados en un viaje organizado y paramos a tomar café en el Mortero del Lema. Pedimos un descafeinado y un café con chocolate, y nos dijeron que nos sentáramos. La señora que nos atendió, muy amable, nos dijo que se le había acabado la leche condensada, pero que si no nos importaba esperar un momento, iría a la tienda a comprarla. Le dijimos que no era necesario, y nos trajo los cafés fríos. Nos quedamos sin protestar, por la amabilidad de pasar por alto la falta de leche condensada. Pero cuando fuimos a pagar, nos dejaron atónitos, nos cobraron seis euros. Fue muy divertido, ya que era hora de que el autobús saliera y no pude entretenerme en la hoja de reclamaciones. Nos hicieron un impresionante agravio. Luego, en el hotel, en Cambados, donde nos alojábamos, los empleados nos comentaron que no era la primera vez que recibían quejas de ese lugar, que incluso una señora había discutido con la chica del Mortero por un cargo en la cuenta, y la señora sufrió una crisis de ansiedad. No creo que sea una forma adecuada de comportarse con los turistas; tal vez no nos vuelvan a ver, pero ese trato no está bien."