"Resumiré mi decepción, después de algunos años como cliente habitual. 1- Ofrecen, sin preguntar, como suplemento al menú degustación 2 opciones: una ostra (diciendo que no quedaban más) o wayu. No lo pedimos, ni lo entendimos. 2- Al pedir explicaciones del menú acordado, nos dijeron que no había muchos platos, terminaríamos el menú en 45 minutos, no estaríamos llenos. Nuestra idea era disfrutarlo. 3- La mesa de al lado estaba más cerca que mi pareja. 4- Comida: solo un carrusel de sashimi y nigiris, en parejas, y un tartar. Escaso y monótono en todos los aspectos. Buen producto, realmente. Buena presentación. 5- Servicio de mesa deficiente, no acorde con el precio/tipo de restaurante. 6- Los cubiertos no se cambiaron durante toda la cena (tampoco había mantel). Vajilla muy básica (hace años era muy genial). 6- Postres: ¿Quieren algún postre? Teníamos dudas si estaba incluido. Solo quedaba una bola de helado y 4 palitos de trufa, eso es para los dos. Nos dijeron que no quedaba más, que para probar un buen postre casero, hay que venir antes, se acaban rápido (repito, era un menú cerrado). 7- Limpiaron con flis-flis y colocaron las mesas, mientras estábamos cenando. 8- Servicio acelerado, sin terminar uno, trajeron otro. Una lástima, era nuestro restaurante japonés favorito, en el momento en que abrió era el mejor. Comida: 3 Servicio: 2 Ambiente: 2."