"Es un restaurante bonito y acogedor. Teníamos reserva para comer la famosa olla podrida burgalesa. No defrauda nada, es más, esta muy buena. Las alubias suaves y muy buenas, en su punto y abundantes. Los sacramentos muy ricos, de calidad, y también repetible si es que puedes. El personal muy atento y amable. Pedimos consejo para elegir el vino y la verdad que la camarera acertó de pleno. Así que todo muy bien. El precio acorde con la calidad del producto. Necesario reservar si se va a por la olla podrida y casi necesario para cualquier otra demanda porque suele estar lleno, sobre todo fines de semana."