"Es un sitio espectacular y sorprendente en pleno Paseo de la Castellana, pero nada más. Es incomprensible cómo un sitio tan bonito y con tanto potencial tiene una gestión de eventos tan sumamente mala. Poco profesional, con falta de seriedad, muy poco trasparente... En definitiva, lo último que quieres encontrarte el día de tu boda. Además de tener que reclamar cada respuesta muchísimas veces lo que hace que cualquier toma de decisión sea eterna, muestran una total incoherencia con lo que acuerdas (tanto de palabra como por escrito) con lo que llevan a cabo el día del evento. Cambios en la cantidad, presentación y calidad de la comida, en la barra libre... Empezamos por la comida. Después de haber trasmitido desde el minuto uno que lo que queríamos era un banquete abundante tipo cocktail, escatimaron en todos los platos elegidos, aunque no en el precio. La presentación, calidad y cantidad de cada uno de los platos, fue muy diferente a lo apalabrado en la prueba. Camareros chillando a los invitados porque cogían dos unidades de algún pincho!! Incluso se lo hicieron devolver a la bandeja a uno de ellos. Y del postre casi ni hablamos, que debía haber tres porciones generosas de tres postres diferentes para cada persona y sacaron un único pinchito ridículo por cabeza, que no te permitía probar los tres. El resultado es que la gente pasó hambre y nosotros nos quedamos con cara de tontos después de haber pagado un menú a precio de oro. (Por suerte, solo había un camarero desagradable gritando a los invitados. El resto eran muy majos y amables. Menos mal). Nuestra sorpresa es que con la barra libre, que poco podía fallar, después de habernos enviado el listado de bebidas donde se incluían las premium y de habernos respondido explícitamente y por escrito que SÍ estaban incluidas, descubrimos que no aparecen por ningún lado. Es más, nos dicen que jamás nos han dicho nada de las bebidas premium... increíble. La recena más de lo mismo, escasísima... Y para colmo, la hora de cierre, pese a asegurarnos desde el primer momento que podríamos disfrutar del sitio hasta la 1:00 am, a falta de 4 días nos dicen que cortamos a las 23:00. ¿Perdón? Al final accedieron a que nos quedásemos hasta la 1:00... Pero a las 23:00 ya nos estaban bajando la música todo lo que podían. Nos acabamos yendo a las 00:00... En definitiva, un día precioso que no nos consiguieron arruinar gracias a la buena gente con la que lo compartimos, pero sin duda, plantéate dos veces si quieres todos estos problemas el día de tu boda."