"La comida estaba regular, un poco cara para lo que era. Reservamos la mesa un día antes, pero al llegar, para mi sorpresa, nos ofrecieron una mesa junto a la entrada del jardín, al lado de una calle transitada. Después de negarnos a sentarnos, nos ofrecieron una mesa mejor. Fue como si tuviéramos que negociar y nos hicieron un favor. La camarera fue grosera. Hablaba mucho con los lugareños, pero no con los hablantes de inglés."