"Cené allí junto a aproximadamente 40 personas y estuvimos muy cómodos y contentos. Nos dejaron estar en una especie de local que está al lado y se comunica por dentro con la sidrería, así que pudimos poner música, cantar, bailar, etc. sin molestar a nadie. El trato fue exquisito y la comida una maravilla. A las personas vegetarianas nos sirvieron croquetas de queso, empanada de setas, verduras a la plancha… ¡nunca en mi vida había comido cosas tan ricas como las que nos sirvieron!"