"Café con algo dulce en un lugar histórico en el que teníamos ganas de merendar, antes de ir al Teatro María Guerrero, y muy bien. Es caro, lo cual estaba más que previsto, pero mereció la pena. Buena atención, muy buen ambiente, vistosa y agradable la decoración con dibujos y/o fotografías de gente del arte, rico café y ricos dulces. Volveremos, que hay que probar sus tartas (como poco)"