"Por casualidad, nos encontramos con este restaurante y tuvimos la suerte de encontrar una mesa libre. El recibimiento fue excelente y la mesa era preciosa. La carta ofrecía muchas opciones y variedad. Nos tomaron nota rápidamente y nos atendieron sin demora, aunque los camareros carecían de simpatía y experiencia. Pedimos patatas bravas y una ensalada de primero, y de segundo un arroz negro que nos dijeron tardaría 25 minutos en llegar. Cuando finalmente llegó, no era el que habíamos pedido y tuvieron que retirarlo dos veces, insistiendo en que sí era el correcto. Después de 20 minutos, finalmente llegó el correcto. Mientras tanto, pedimos unas croquetas por el error, pero nos trajeron más patatas bravas que apenas tocamos. Probamos un postre muy refrescante con piña y ron. La cuenta, sin incluir vino, fue de 90€ para dos personas. A pesar de los contratiempos, consideramos que es un lugar para repetir por su buena cocina y productos."
