"Fui con mi pareja un domingo a las 18 de la tarde a comer algo viendo desde fuera del restaurante que había varias mesas altas y bajas vacías y gente en su interior comiendo y tomando algo, no era la primera vez, he ido ya con compañeros de empresa a cenar en varias ocasiones o a comer con clientes a diario, esta vez nos recibió en la misma puerta un camarero alto, rubio y con acento, y sin casi dejarnos hablar nos dice que no hay mesas libres, que están reservadas para cenar todas… Intenté ex … – show"