"Para picotear algo, abren muy tarde (a las 13:00). Servicio atento. Inexplicable lo de las patatas bravas. Han querido innovar y el resultado es que en una ración de bravas, que estaban buenas las cosas como son, te ponen seis “patatitas alargadas” con abundante salsa, eso sí. Eso significa que si hay cuatro comensales hay que pedir forzosamente cuatro raciones de bravas para no quedarse con hambre. Multipliquen (porque no son nada baratas para la escasa cantidad que sirven). Por favor, vuelvan a las bravas de toda la vida de Casa Tejada, seña de identidad de esta institución barcelonesa, y dejen los experimentos culinarios para el ámbito privado. Les irá mejor."