"Llegamos al lugar un día de lluvia sobre las 3 de la tarde. Pedimos un par de cosas que habían en la carta pintada a mano en una pizarra bien visible( fácil de borrar), pero daba la casualidad que de lo que queríamos ya no tenían nada, además que la camarera parecía un poco pérdida sobre lo que ofrecer, así que por descarte pedimos una ensalada (muy sosa), tortilla (algo seca) y poco más. Lo que más destaco del pedido fueron los zumos de frutas que estaban bastante ricos y fresquitos."