"Hotel anclado en un lugar precioso igual que su interior con muy buen gusto, pero el verdadero encanto lo tienen los anfitriones y su maravilloso restaurante con una carta y en especial, un rodaballo digno de algunas estrellas michelín. La amabilidad y atención creo es muy difícil de superar, en nuesta estancia incluso a unos clientes con una urgencia médica, el anfitrión llevo y retorno a los clientes al servicio de urgencias. Eso que en otro país y a determinadas horas, no tiene precio como algunas otras cosas. Una verdadera experiencia que repetiremos. Gracias por todo."