"Nada especial, ni destacable Ubicado al lado de la Catedral, cuenta con una terraza compartida con otros dos bares situados justo al lado. A nosotros nos animó a sentarnos a cenar el ambiente que había en ella. Probamos sus famosos bocatas perico , que estaban buenos, aunque realmente nos parecieron caros para lo que son. Pedimos también unos huevos revueltos con raxo, que te ponen en una cazuela y que están hechos al horno según nos dijo el camarero. La verdad es que no nos entusiasmaron, quizás estamos acostumbrados a otro tipo de huevos rotos, con patata panadera o frita y no asada, y dónde la yema de los huevos cubra las patatas y no una yema seca. La ración pequeña para el precio que pagamos por ella 15 euros ... El camarero muy atento y rápido. Creo que con toda la oferta que hay en la ciudad se puede prescindir de visitarlo."