"Ubicado en el barrio de la Latina pero suficiente alejado del meollo y trasiego de los bares del centro, nos encontramos con un local muy castizo y con una decoración rusa que lo convierte en algo diferente.La oferta gastronómica es, como cabía esperar, sorprendente. Sobre todo si conoces un poco los sabores de la madre patria. Nostros probamos una ensalada con caviar riquísima, strogonoff de ternera y pasta rellena, todo regado con cervezas rusas, un gran maridaje.El servicio fue de superatentos y simpáticos, de hecho nos aconsejaron a la hora del postre y con muy buen ojo.Para finalizar probamos un vodka y además nos ofrecieron otro chupito cortesía de la casa.Mucho mejor que otro restaurante del mismo tipo que está también por la zona."