"Las pizzas están muy buenas. La masa delgada es deliciosa, incluso puedes comer el borde fácilmente. Los ingredientes también son muy buenos, aunque un poco básicos en variedad. El único inconveniente es que son muy pequeñas, de ahí su precio tan económico. Si alguien tiene buen apetito, probablemente se quede con hambre. Además, no hay entradas ni aperitivos. Los postres parecen sacados de los años 80. Sin embargo, los helados son excelentes. El local es antiguo, un poco anticuado en su decoración y muebles, pero está limpio. El personal fue amable, aunque cometieron el error de asumir que el hombre bebería cerveza y la mujer un refresco, cuando en realidad era al revés. Esto es desafortunado pero típico de la sociedad. En resumen, es una pizzería tradicional de barrio donde se puede disfrutar de una buena pizza y helado a un precio bastante económico."