"Por vecindad, somos clientes habituales de esta pizzería y la conocemos en profundidad. En primer lugar, el trato de Juan, el pizzero, dueño y único currante del negocio, educado y cercano. Eficiencia y diligencia máximas, mínima espera. Gran variedad de pizzas, muy ricas y a muy buen precio. En cuanto al local, es más un despacho de pizzas, baguettes y sandwiches que un restaurante al uso. El local es pequeño y cuenta con una terraza en los jardines de la urbanización. En general, no afirmaré rotundamente que son las mejores de la ciudad, pero no las hay mucho mejores. La pena para los que no sean vecinos o les pille por la zona, es que no reparte a domicilio y que el horario se limita entre semana a las noches, y los domingos además al mediodía. En resumen, como titulo la opinión: negocio modesto y honesto."