"Una cafetería muy buena, con historia. Hace 50 años, los jóvenes solían reunirse en la sala de estar en su interior, convirtiéndose en un punto de encuentro. Hoy en día es solo una cafetería más, pero con una excelente cocina y una buena selección de cervezas. El personal es servicial, rápido y amable. Les molesta que les pregunten sobre la historia de Galathea y no permiten que cuenten anécdotas, supongo que están cansados, pero a veces hay que ser paciente y dejar que los clientes hablen, siempre se aprende algo nuevo. Recomiendo probar el plato del día, relación calidad-precio excelente. ¡Debes visitar Madrid!"