"Entré por primera vez atraído por su decoración, que desde la calle, se veía bastante bonita y diferente, lleno de referencias asiáticas que crean un ambiente atractivo, pero nada más entrar, el olor a grasa caliente te da una bofetada que te hace replantearte si quedarte o no, ya que tienen la cocina al descubierto y no deben tener un extractor que recoja suficientemente el humo que genera tanto wok y fritura. Aún así me quedé a ver como resultaba y comprobar si merecía la pena estar oliendo a aceite durante una semana. También observé que seguramente debido a la grasa ambiente, tanto la mesa como las sillas al tocarlas percibí que tenían grasa por encima, así como el suelo que parecía que se pegaban los pies al andar. De la comida que elegí, tanto el Dim Sum como los Bao, estaban bien hechos, los Tallarines con gambas, ricos pero con exceso de aceite, y un plato de tiras de pollo frito que estaban demasiado pálidas. En conjunto, nada especial si lo comparas con otros restaurantes chinos de cocina autóctona como los que hay en Usera, el Chinatown de Madrid, pero bueno, pasable. Para concluir con la reseña, diría que es una pena que no pongan un extractor de humos para poder respirar bien dentro del local, ya que por el resto, tanto la decoración, como el servicio y la comida, esta suficientemente bien. Seguro que por este tema del humo y del olor van a perder clientela como no lo solucionen pronto."
