"En una de las calles principales de Valencia encontramos este único restaurante oriental. A primera vista, sigue el tema de su categoría, pero lo que lo diferencia de los demás es el personal y la rapidez del trabajo. Nos trajeron la comida muy rápido y los camareros parecían sacados de una película oriental; realmente un personal bien cualificado. Los precios son bastante buenos. Al lado de algunas mesas había acuarios con peces, lo que daba un toque especial para sentarse allí a cenar. Si eres más atrevido, puedes probar un chupito de lagarto. Aparentemente solían poner todo el lagarto en la botella, pero ya están prohibidos. No fui tan valiente esta vez. Este restaurante es una buena opción para cenar en Valencia."