"Visita obligada cada vez que vamos a Benidorm y acierto seguro. El único pero que pongo es, la poca profesionalidad y simpatía de una de las camareras. Nunca había visto a una camarera servir el vino con las dos manos sujetando la botella, luego me recogió el plato cuando me estaba comiendo todavía el último bocado de pizza, son pequeños detalles que para nada empañan la calidad y excelente comida, pero que deberían tomar nota. Hasta la próxima."