"Segunda visita que realizo al restaurante. El sitio es bastante ruidoso y pequeño. La calidad del pescado es buena, tartar exquisito. Los uromakis no han sido nada del otro mundo, correctos pero sin sorprender. El postre bueno. Majos desde cocina, que está abierta. Las camareras no están a la altura, una en concreto con muchas prisas de recoger todos los platos en todo momento, sin dejar acabar ni disculparse. Si preguntas si puedes recoger algo, espera a que te contesten y no lo recojas, para eso no preguntes. No es muy buen ambiente para una cena distendida, y no me refiero a que fuéramos los últimos en abandonar el local ni mucho menos. Una pena porque tiene buenas críticas pero yo no he tenido la misma experiencia. No es especialmente barato, por lo que no volvería porque el conjunto no lo vale."