"Esta mañana, discutiendo con mi pareja cuál era el antojo de comida más irresistible que nos viene recurrentemente, yo defendí que el pincho de tortilla del Bar La Rosa se me aparecía en sueños. Hace tiempo que no he vuelto por allí, pues ya no vivo en Madrid. Al entrar en Google para explicarle a mi chico dónde está se me ha hecho un nudo en la garganta al descubrir que ha cerrado permanentemente... Luego he leído en un comentario que era por jubilación y me he alegrado por ellos. Yo también trabajo en un restaurante familiar y se lo que implica. No se si este mensaje les llegará, pero les mando un abrazo fuerte a los Oti y Luis y les deseo una feliz y merecida jubilación. El mundo se queda un pelín huérfano de tortilla, pero nadie puede decir que no os hayáis ganado el descanso a pulso. Gracias por tanta amabilidad siempre. Mucha salud y a cuidarse!!"