"un buen vino y un caldo en la última noche fría, fue el comienzo de una fantástica degustación - que invitó a uno- para dedicar unas pocas letras llenas de los sabores recibidos. una atención insuperable. La sopa de vapor abrió mis piernas llenas de fideos suaves. seducirme con ese olor bendito, color negro de calor abrumado por fuego lento. Vine a invadir mis entrañas algo diseccionado y ansioso por el calor primitivo. el ancestral que mágicamente une a tu universo, a veces con esta tierra llena de placeres, que abrirá tu garganta hambriada de complicidad."