"Este restaurante me ha causado algunas sensaciones, que no había sentido en ningún otro momento. el ambiente era acogedor, cálido, cómodo... La atención muy, muy buena sin agotar, especialmente por el propietario. productos de primera calidad y muy bien tratados. su condimentación muy rica pero sin exceso o especias, o grasa, o adornos. pero muy sabroso y bien presentado. Encontré sabores y texturas excepcionales y raras en otros establecimientos. No había ruido ambiental, ni música. Podrías hablar tranquilamente sin problemas. los otros comensals podían ser oídos (estaba lleno) pero era un rumor suave que no se molestaba. Nos comimos unos muy buenos cromo carabineros, con mucho sabor un besamel muy bien preparado y cocido (no crudo). También tomamos un pulpo al gallego muy rico y bien cocinado. un sapito para dos en su punto de cocción y sabroso en el que el sazonado no resta la prominencia de los peces. la tarta de manzana caliente con helado de vainilla para no olvidar y un relleno con un sabor espectacular y auténtico. todo el precio sin sorpresas, teniendo en cuenta la calidad del producto. raciones muy correctas y la digestión bien (frecuentemente, para mí, comer fuera de la casa). Me encantó la decoración, especialmente las acuarelas. una bofetada."