"Fui a recoger unas pizzas para llevar con un colega de trabajo porque estábamos alojados en el hotel de al lado, y como estábamos muy ocupados buscamos algo rápido y cercano. Las pizzas que pedimos estaban increíbles. La masa fina y en su punto, con ingredientes frescos y de calidad. Cuando vuelva a Barcelona y tenga que ir al Eixample, intentaré volver a pedir allí. Lo único que no me gustó, por decir algo, fue un repartidor muy raro que estaba allí sentado y nos miraba con mala cara. Fue quien trajo las pizzas desde la cocina cuando estuvieron listas. Pero en fin, no tuvo importancia. Pasamos de él. Si me toca volver al Eixample, intentaré regresar allí y de paso le pediré el teléfono a la chica que nos atendió, creo que era colombiana y llevaba gafas. Estaba encantador... Si estás leyendo esto, te invito a cenar cuando vaya guapa."