"Platos y vinos clásicos del sur de España en un restaurante sofisticado con terrazas y vistas espectaculares a la Alhambra, especialmente por la noche. Buena atención y precio medio. La calidad del producto y su elaboración, las vistas y un servicio esmerado, hacen que el precio suba algo más de lo normal, pero merece la pena darse un homenaje de vez en cuando. Platos como el bacalao, el rodaballo, la lubina o simplemente las ensaladas, o sus postres caseros, lo justifican. Un consejo para llegar a este lugar, situado en el barrio del Albaicín, es desplazarse en servicio público por lo complicado del estacionamiento."