"Ya hemos hablado con el encargado, pero aún estoy de mal humor aquí. Nos pusieron una mesa en el piso de arriba y, a la media hora de habernos sentado, llegó un grupo de 15 chicos celebrando una despedida de soltero. Fue una situación vergonzosa porque trajeron estrés al personal que los atendía como camarera y no paraban de hacer comentarios obscenos y estúpidos, tal como eran. La situación fue muy incómoda y fue una estancia desagradable. Le comenté al gerente y se disculpó, pero, sintiéndolo mucho, aunque la comida estaba muy rica, no creo que volvamos."