"Me lo habían recomendado, ya que mi padre es celíaco. El domingo por la tarde estaba lleno y tuvimos que esperar 10 minutos para que nos atendieran después de ir a la caja. Pedí una tarta de queso y me aseguraron que quedaba una porción. Después de esperar 25 minutos, la mesera llegó y me dijo que ya no quedaba. Le pedí que verificara, ya que la tarta que mencionaba no era la que había pedido. Diez minutos después regresó con el café y me indicó que tampoco había más tarta, preguntando si iba a pedir algo más, porque había gente esperando por la mesa. Decidí retirarme... Fatal."