"Nuestra idea era tomar unas cervezas con unas raciones. El camarero nos avisó que las comandas iban con algo de demora. Pero la demora para comer unas simples patatas bravas, lagrimas de pollo y unas berenjenas se alargó unos tres cuartos de hora. La espera no mereció la pena porque las raciones, para el precio (bravas mixtas 8.90, lagrimas de pollo 10.90, berenjenas quemadas 9.90) resultaron escasas y muy vulgares. Durante la larga espera ni siquiera tuvieron la astucia de ponernos unas aceitunas para hacer la espera mas llevadera. La carta es muy amplia pero siempre faltan cosas. Las patatas paja, por ejemplo, siempre suelen estar agotadas....Nosotros desde luego no volveremos."