"El restaurante estaba muy lleno y las mesas muy juntas, cada vez que pasaba el camarero nos golpeaba la silla. El camarero de pelo cano debía estar de mal humor, nos tomó nota de mala gana, atención pésima. Pedimos vino con gaseosa, nos pusieron una copa de vino, cuando pedimos otra tuvimos que pagarla, solo entraba una, el menú era de 18€. El menú era correcto, aunque algunos platos se les había acabado. Salimos decepcionados de la atención."