"Restaurante típico de bodas y bautizos con una terraza muy bonita, aunque el comedor es horrendo. Comes bajo una bola de discoteca y un proyector de luces; no hay más preguntas, señoría… La comida, sin más. Platos típicos españoles muy muy muy normalitos. La carne que sirven se supone que es un kilo de buey y, lo siento, pero ni una cosa ni otra. Ambas, mentira. No está mal de sabor, pero a mí que me mientan no me mola, llámame loco. Chorizo a la sidra absolutamente olvidable y croquetas ricas pero, de nuevo, sin más. 90 euros 3 personas bebiendo agua. Me ha parecido caro para lo que es."