"Comimos una tapa en esta venta después de un hermoso viaje al Aizkorri. Al principio, fue un caos. Parece que faltaba un trabajador ese día, y entre una camarera muy amigable y el dueño (una buena persona, muy trabajadora y que ha creado un ambiente familiar y montañés) no se dieron abasto. Nos tomó media hora conseguir dos cervezas para pasar el tiempo, y la cantidad de gente que había era abrumadora. Afortunadamente, y a pesar del caos, no nos desatendieron y, con un poco de paciencia, pudieron atendernos adecuadamente. Gracias a la simpatía del dueño y de la camarera, y al ambiente y la comida, disfrutamos mucho. También nos sorprendió la decoración del restaurante, con mucha madera y un estilo montañés. Comimos unas alubias muy buenas, de sabor intenso, y no dejamos nada en la olla, lo disfrutamos muchísimo. También probamos una merluza, muy buena, recomendada por el dueño, y realmente acertamos: tenía un gran sabor a pescado y, cuando la combinamos con la salsa, fue más que excelente. Como segundos, un solomillo de calidad y una pescadilla (fresca) también recomendada por el dueño, que estaba de primera (grande, muy bien hecha, sabrosa y tierna). El vino, el mejor, muy peleón (con cuerpo pero un poco difícil). También probamos un arroz con leche muy correcto, de buen sabor y dulce, además de un queso Idiazábal (que ellos producen) espectacular. Muy recomendable comprar el queso directamente aquí a un precio muy razonable de 9 euros por medio paquete. Es excepcional. El mejor café. En total... 28 euros por dos menús. Venta altamente recomendable, especialmente después de hacer un viaje por la hermosa zona cercana."