"Icónico sitio en San Bernardo y Gran Vía: a pasos de Callao. Lo visitamos desde hace 17 años. Nunca falla. El ambiente es alegre , ruidoso, colorido: nunca cambia. La carta es amplia y venden fiambres para llevar. Los cocidos, los callos, el iberico y quesos , huevos rotos, tortillas y croquetas son excelentes. En cada pasada por Madrid una parada por allí ya sea sentados en una mesa o de pie en la barra según el horario y necesidad. Lo recomiendo!"