"La peor paella que he comido. Había una capa de arroz quemado en el fondo de la sartén. Pedí pescado fresco y nos sirvieron pescado congelado. El arroz tenía un color amarillo sucio, nauseabundo, estaba pasado de cocción, blando y con un sabor amargo. No había ninguna presión para cocinar rápido, ya que solo había dos mesas ocupadas en todo el restaurante, así que no era hora punta. Los camareros eran groseros, ni siquiera saludaban ni sonreían. Solo hablaban lo mínimo para tomar nuestro pedido y luego se iban como si les estuviéramos molestando todo el tiempo. Carísimo. No pagaría 10 euros por persona por lo que comí, y el precio era tres veces mayor. Aléjate de esta trampa para turistas. Si aún no estás convencido, ve y mira Joc el Cartes, un programa de televisión español que revisa restaurantes. Te mostrarán lo miserablemente sucia que está la cocina."