"La experiencia de compartir piso me ha permitido comprobar que en un momento de extrema hambruna eres capaz de coger cualquier cosa de la cocina y combinarla con otra que no tiene nada que ver y aderezarlo con una salsa aleatoria pero se supone que cuando acudes a este tipo de servicios esperas un valor añadido que en este caso brilla por su ausencia. Nos encontramos tres bocadillos que te podrían hacer para el recreo del colegio. Jamón York, cheddar y carne de mala calidad (la cual estaba chamuscada como se puede ver en la foto). Para más inri llamamos a las 21:44 y llegaron a las 23:46 con los bocadillos fríos y con la excusa de que se les había estropeado la moto, nos dice un tal Jaime (que mala suerte). Y aún así han sobrevivido dos años. Por salubridad pública espero que no aguanten mucho más. Como dato curioso, le dimos al perro un trozo de carne como el de la foto y no se lo comió."