"Recuerdo que probé el primer restaurante que abrieron en María de Molina hace ya unos años y me gustó. Sin embargo, el crecimiento no le ha sentado bien y se ha vuelto bastante malo. La calidad de los ingredientes no se siente buena y se ve industrial. Le ponen mucha salsa o pescado rebozado para potenciar el sabor. El servicio es poco agradable y acogedor. Tuvimos que andar tras ellos para que nos tomaran nota Además, no entiendo que un sábado te cierren el restaurante a las 00 h... No pude ni acabarme la cerveza porque ya nos estaban largando para cerrar Teniendo en cuenta la gran oferta de japoneses buenos que hay en Madrid, no volveré por aquí."