"Cena para dos con la siguiente secuencia: menestra de verduras (buena), migas (aceptables) y huevos rotos (regular, aunque con buen jamón). Quizá no acertamos del todo al no incluir una carne o un pescado en nuestra petición. Y eso no es culpa del restaurante, evidentemente. La carta de vinos (y eso sí es culpa del restaurante) es breve y, para lo que ofrecen, cara. Tomamos un albariño que no conocíamos euros, algo menos de seis en una tienda) que no llegaba al aprobado. El servicio amable y profesional pero muy escaso de recursos humanos: dos camareros que se multiplicaban hasta donde podían. En definitiva una cena correcta por euros (no tomamos postre), con cantidades suficientes en el plato, pero sin nada memorable."